¿Qué es la excusa?
Es un auto
perdón que nos otorgamos a nosotros mismos para no reconocer nuestras fallas.
Es un auto solapamiento que no nos deja crecer ni madurar para ser mejores
seres humanos. Es decir, nos mantiene en una eterna infancia mental. Que lo
único que provoca en nuestro entorno es falta de credibilidad, desconfianza e
inseguridad.
La excusa es un comportamiento
aprendido, que por lo general se aprende de los padres y como carga genética se
trasmite a los hijos. Es un continuo repetir la misma conducta hasta que el
niño lo aprende y piensa que así funciona el mundo. “Dando excusas”.
¿Por qué nos gusta dar excusas?
Por auto comodidad, ya que es muy
incómodo reconocer que es uno responsable de algo, ya que de antemano se sabe
que lo tendrá uno que remediar; la excusa es como una puerta falsa donde nos da
la libertad de señalar a otros ó al exterior la culpabilidad de determinado
suceso.
¿Por qué no hizo esto?
Es que llovió y ya no se pudo,
Es que me asaltaron,
Es que estoy enfermo,
Es que el camión chocó,
Es que se le ponchó una llanta al
metro,
Es que, es que, es que…
La excusa busca muchas veces
despertar la compasión en la otra persona y de antemano su comprensión. Cuando
esto no sucede, nos enojamos con la otra parte e incluso lo tachamos de
injusto, inhumano, ¡un ser sin sentimientos!
La excusa lo único que provoca en
las empresas es pérdida de tiempo (Recurso no renovable), y en la persona, un estancamiento
mental que no le permitirá crecer ni profesionalmente ni personalmente, ya que
la persona no se hará responsable de nada y considerara que todo es producto
del medio ambiente y del exterior, es decir, todo controla su vida, ella no es
responsable de nada. Está en un grado mental de un infante de 4 años.
Lo más delicado de la práctica de
la excusa es sin duda la creación de una conducta de autoengaño, cuando la
persona repite y repite una excusa, pasa de ser una excusa a una verdad
absoluta para la persona, es decir, la persona ya se cree sus propias excusas.
Y las dice con tal seguridad como si fueran verdades alejándolo cada día de la
madurez, ya que se convertirá día con día en una persona irresponsable. Lo más
triste es que cuando tenga éxitos, pensará que es cuestión de suerte o del
azar, que es demasiado bueno para durar, lo cual ocasiona que la persona auto
saboteé sus momentos de éxito.
No diga mentiras, diga la verdad
y asuma la responsabilidad de cada uno de sus actos, tanto sí las consecuencias
son positivas, como sí son negativas.
No pierda el tiempo suyo ni el de
los demás, sea honesto a la primera y no le dé vueltas al asunto. Recuerde que
entre más se tarde usted en reconocer sus fallas, más se tardará en conseguir
el éxito.
Lic. Julio Carrasco
Cházaro.
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